La Fe Bahá'í es la más jóven de las religiones independientes del mundo. Su fundador, Bahá'u'lláh (1817-1892), es considerado por los bahá'ís como el más reciente en la cadena de Mensajeros de Dios que se extiende mucho más allá de lo que recuerda la historia y que incluye a Abraham, Moisés, Buda, Zoroastro, Cristo y Mahoma. La idea central del mensaje de Bahá'u'lláh es que la humanidad es una sola raza y que ha llegado el día de su unificación en una sociedad global. Bahá'u'lláh dijo que Dios ha puesto en marcha fuerzas históricas que están derribando barreras tradicionales de raza, clase, credo y nación y que con el tiempo crearán una civilización universal. El principal desafío al que se enfrentan los pueblos de la tierra es el de aceptar el hecho de su unidad y de ayudar a los procesos de unificación.
"El bienestar de la humanidad, su paz y seguridad son inalcanzables a menos y hasta que su unidad sea firmemente establecida." - Bahá'u'lláh
Para apreciar esto es necesario retroceder a los años 1916 y 1917, cuando Las Tablas del Plan Divino fueron reveladas por el Maestro 'Abdu'l-Bahá, en Haifa, Israel. Eran catorce en total; cinco llegaron a Estados Unidos durante la Primera Guerra Mundial, pero hubo que esperar hasta el final de este flagelo, en 1919, para recibir las pendientes; se revelaron en una ceremonia que tuvo lugar desde el 26 de abril hasta el 30 del mismo mes, en el hotel McAlpin, en la ciudad de Nueva York. Las Tablas del Plan Divino fueron dirigidas a los bahá'ís de los Estados Unidos y Canadá, confiriéndoles la misión sagrada de llevar el Mensaje de Bahá'u'lláh a todas partes del mundo, inclusive a los países de América latina y las Antillas.
Proclamación la Fe Bahá'í en Venezuela.
En 1927, Leonora Holsapple Armstrong, la Madre de la Enseñanza en América del Sur, y primera pionera en Brasil, en un viaje de regreso de los Estados Unidos a Brasil, visitó brevemente a La Guaira y Caracas, donde ella, según su propio relato en una grabación realizada por el entonces Consejero Peter McLaren, dio una charla en la Lógia Masónica de Caracas y visitó los periódicos de ambas ciudades. Según entendemos, ella fue la primera persona quien proclamó la Fe Bahá'í en Venezuela.
Caracas - Margarita - Santa Elena de Uairen.
Fue en agosto de 1942 cuando llegó la pionera Gwenne Sholtis de Cicero (Estado Illinois EEUU) para dar a conocer el mensaje divino de Bahá'u'lláh. Ella pudo conseguir publicidad en un periódico y una revista, pero sus primeros pasos en expandir la luz de las enseñanzas, era una tarea ingente colmada de dificultades. Gwenne logró reunir varios amigos y simpatizantes a los que dió clases, enseñándoles la Fe. Uno de ellos, la Srta. Leonor Morín, declaró su fe en Bahá'u'lláh en 1943, siendo la primera bahá'í nativa de Venezuela. La próxima visitante a Caracas fue la posteriormente nombrada Mano de La Causa Dorothy Baker, (de Lima Ohio, EEUU) quien llegó por primera vez en enero de 1944. Ella realizó grandes esfuerzos para encontrar los primeros contactos logrados por los amigos bahá'ís, aquellos quienes habían respondido a la Fe anteriormente, y para hallar nuevos contactos para la Fe. El 12 de diciembre de 1944, se celebró en Caracas la primera Fiesta de Unidad, y después de ella se eligió una Asamblea Local provisional, autorizada previamente por el Comité Inter-Americano. Los bahá'ís de Venezuela celebraron su primera Convención Nacional en el Hazíratu'l-Quds en Caracas del 24-25 de abril de 1961, para elegir su primera Asamblea Espiritual Nacional de Venezuela, así cumpliendo con el deseo del amado Guardián y una de las principales metas de la Cruzada Mundial. Katharine Meyer, la pionera quien vivía en la Isla de Margarita. Ella viajó a Santa Elena, en el sureste de Venezuela, y habló de la Fe con miembros de varias tribus indígenas.
Presencia de la Comunidad Bahá'í en Venezuela.
La Fe bahá'í en nuestro país, aunque todavía no conocida mayoritariamente, durante los últimos años, y a pesar de la prohibición atesorada en los escritos bahá'ís de hacer proselitismo, se han generado múltiples espacios para dar a conocer la Fe ante el público en general. El medio más importante hasta la fecha quizá hayan sido los contactos personales y las campañas colectivas para invitar a personas comprometidas con la sociedad a participar en las actividades bahá'ís de cambio social. Desde el establecimiento del Instituto de formación, se han multiplicado por todo el país, ciertas actividades educativas para niños, jóvenes y adultos. Estas actividades enfocadas en el empoderamiento colectivo para el cambio social, se han ido convirtiendo en el medio más generalizado de entrar en contacto con la comunidad bahá'í.
Los que participan en las actividades de la comunidad proceden de los mismos orígenes culturales, étnicos y nacionales que caracterizan a la sociedad venezolana. La mayor parte de estas actividades se centran en promover una educación espiritual a los niños, en hacer esfuerzos por liberar los poderes de los que se encuentran entre los 12 y 15 años (denominados pre jóvenes) para servir a la sociedad y desarrollar una identidad sólida, en ayudar a empoderar y a desarrollar capacidades para el servicio a jóvenes y adultos que se relacionan en el contexto del barrio, y en establecer espacios para la oración y meditación colectiva que fortalezcan el carácter devocional de las comunidades.
“…de entre todas las realidades de la existencia, ha escogido la realidad del hombre y la ha honrado con el intelecto y la sabiduría, las dos luces más luminosas de ambos mundos. Por intermedio de este gran don, en cada época ha proyectado Él sobre el espejo de la creación nuevas y maravillosas configuraciones. Si observáramos objetivamente el mundo del ser, se haría evidente que, de una época a otra, el templo de la existencia ha continuado engalanándose de una gracia nueva, y distinguiéndose con un esplendor siempre renovado, los cuales dimanan de la sabiduría y del poder del pensamiento.”
“Alabad a a Dios de tal manera que si tu adoración te conduce al fuego no se produjera alteración alguna en ella, ni tampoco si tu recompensa fuera el Paraíso. Así y sólo de esta forma debiera ser la adoración digna del Único Dios verdadero. Si le rindieras culto por miedo, ese sería un acto impropio en la santificada corte de Su Presencia y no podría considerarse un acto ofrecido por ti a la unidad de Su Ser. Y si el objeto de tu contemplación fuera el Paraíso y Le adoraras abrigando una esperanza tal, harías de la creación de Dios Su igual, a pesar del hecho de que los hombres aspiran al Paraíso.”